jueves, 18 de junio de 2020

Diez mujeres para conmemorar los diez años de 'Cúmulos y limbos' (I)


(Viene de ‘Diez cuadros… diez años del blog’)


Durante los diez años de vida de mi blog Cúmulos y limbos, que se cumplen hoy, 18 de junio, he hablado mucho de las mujeres, la mayoría escritoras, que han marcado mi experiencia del mundo. Algunas me acompañan desde la niñez y moldearon resquicios insólitos de mi juventud; con otras me encontré a una edad más tardía pero igualmente significativa; y a otras, en fin, las conocí siendo ya una adulta hecha y derecha. A todas, las vivas y las muertas, les debo incontables momentos de felicidad, asombro y descubrimiento. ¡Qué no daría por poder enhebrar con ellas un rato de conversación!  


1.- Carmen Martín Gaite (1925-2000) 
Tiene etiqueta propia en este blog, lo que ya indica el querer que le profeso. Sus novelas Nubosidad variable y La reina de las nieves revivieron en mí el deseo de contar historias de una determinada manera: sencilla y comedida, introspectiva, narrando lo pequeño con la misma devoción que lo grande, atenta a los detalles, mimando las emociones... y con una perspectiva femenina y feminista.    

La vi varias veces en la Feria del Libro de Madrid, pero solo en dos ocasiones me acerqué a que me firmara un ejemplar. Me gustaba contemplar sus ojos chispeantes, su rostro plegado en decenas de finas arrugas, su alegría infantil, su manera de abanicarse el calor sin desmerecer una sonrisa. Había perdido a su única hija y la literatura la había salvado (eso decía), por lo que nada podía entristecerla ya (eso decía).


2.-Mary Beard (1955)

Físicamente y por su carácter, la latinista británica Mary Beard me recuerda mucho a Martín Gaite. Esta historiadora, para quien los romanos de la Roma clásica son más cercanos que la mayoría de sus vecinos, fue elegida premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales 2016. Es una investigadora atípica, rigurosa y amena, que lo mismo imparte clases en la Universidad de Cambridge que realiza documentales en la cadena de televisión BBC.

La primera vez que oí hablar de Beard fue en un vídeo sobre el Imperio Romano que cacé en Internet. En realidad, era una serie de tres capítulos llamada Conoce a los romanos (Meet the  Romans), que puede verse en Youtube, con subtítulos en inglés. Seguir a esta divulgadora de la historia y del arte es un placer. Su aparente excentricidad en lo personal no le resta un ápice de seriedad. Sus andanzas pueden seguirse tanto en su blog como desde su cuenta de Twitter (@wmarybeard). Está convencida de que los romanos fueron los inventores de la globalización, con su red de comunicaciones que, hace más de 2000 años, permitía salir de Roma por una carretera que acababa en España.

3.- Nadia Murad (1993)
El coronavirus ha acallado todos los problemas del mundo, pero que no se oigan las voces no significa que no haya alguien que grite. En agosto de 2014, la iraquí Nadia Murad (@NadiaMuradBaseefue secuestrada y retenida por el Estado Islámico, y tres años después logró escapar, tras padecer situaciones "inimaginables".

Desde entonces, es una activista de derechos humanos, embajadora de buena voluntad de la ONU para la dignidad de los supervivientes de trata de personas. En 2018 fue cogalardonada con el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para erradicar la violencia sexual como arma en guerras y conflictos armados.



4.- Jane Austen (1775-1817) 
Siento amor y devoción por Jane Austen, de hecho, creo que es de los pocos autores de los que he leído su obra completa, exceptuando sus cartas.  Es de mis escritoras favoritas y tiene etiqueta propia en este blog. He peregrinado en dos ocasiones a la casa-museo de Chawton, he visitado su tumba en la catedral de Winchester, he perseguido la sombra de sus novelas por Bath, donde existe otro pequeño museo dedicado a su obra y a la época de la Regencia. Por supuesto, siempre que voy a Londres me acerco a la National Portrait Gallery a ver el retrato que le hizo su hermana Cassandra.


Mesa de Jane Austen (casa museo de Chawton).

No sabría escoger un libro preferido de Austen. Orgullo y prejuicio me fascina por su ruptura de las convenciones y cómo aborda temas tabúes para la sociedad del momento (fuga con una menor, vida licenciosa, mujeres cabeza hueca...), todo envuelto en bailes de salón y campiña idílica, y capitaneado por una mujer fuerte e independiente. Emma contiene elevadas dosis de crítica, muy refinada, a la sociedad hipócrita que a Jane Austen le tocó vivir. Quizá sea uno de los libros en los que vertió más ironía y donde más critica el duro corsé social de la Inglaterra de finales del siglo XVIII, que asfixiaba a la mujer reduciéndola a poco más que una moneda de cambio.

¡Y qué decir de Sentido y sensibilidad y su exitosa adaptación cinematográfica! Es una novela que sirve para entender la chirriante polea que movía la clase social inglesa a caballo entre los siglos XVIII y XIX. 

5.- Siri Hustvedt (1955)
El primer libro de Siri Hustvedt que leí fue El verano sin hombres (2011), que me regalaron en la Feria del Libro de Madrid, y desde ese momento me enganché a su forma contundente de narrar la pasión y las aristas de la locura, fascinada por cómo se adentra en las mentes femeninas complejas y bucea en historias que rayan la dependencia, el masoquismo o la desigualdad de estatus social, de edad o de género. 

Conocí a Siri en persona en abril de 2017, cuando vino a Madrid para presentar su ensayo La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres, en un coloquio abierto al público en la librería La Central. Comprobé que es una mujer cercana, erudita, que sonríe con los ojos y escucha a sus interlocutores y a sus fans.

Admiro a Siri Hustvedt como escritora, mujer e intelectual feminista. Un compendio de todo eso plasmó en El mundo deslumbrante, donde explora la forma en que la mujer es discriminada, incluso en la élite artística neoyorquina. Ella misma sabe bastante de prejuicios, pues lleva casada con Paul Auster desde 1987, pero hasta 2009-2010 no se la empezó a reconocer internacionalmente por su obra, en vez de por ser "la mujer de". Cuando en 2019 recibió el premio Princesa de Asturias de las Letras, me pareció un reconocimiento más que merecido.

Continuará en 'Diez mujeres para conmemorar los diez años de 'Cúmulos y limbos' (y II)

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