sábado, 23 de abril de 2022

Murakami, Gioconda Belli y Siri Hustvedt, mi Día del Libro 2022

Haruki Murakami

Murakami habla de gatos, amor y escritura

En medio mundo hoy, 23 de abril, se celebra el Día Internacional del Libro. Una fecha que se ha escogido debido a que en 1616 se supone que fallecieron (no es así exactamente) Miguel de Cervantes y William Shakespeare, además de haber nacido o muerto otros escritores célebres, como Garcilaso de la Vega, Nabokov, Pla o Mejía Vallejo.

En Cataluña y Aragón, la tradición de Sant Jordi manda que se regalen flores y libros, lo que además de ser una buena idea de marketing y un señuelo para las ventas, constituye una manera muy agradable y estética de estimular el comercio local de libros, muy necesitado de oxígeno.

Librería La Mistral de Madrid.
Llego al Día del Libro con bastantes pendientes de lectura, que por vergüenza  no enumero de manera exhaustiva. Ya me sonroja bastante el verlos a diario apilados en el escritorio y sobresaliendo de las estanterías. Entre ellos, La mujer pulpo: Cuentos del mar del Sur, de Atsushi Nakajima (Tokio, 1909-42), calificado por el diario Le Monde como “el meteoro de las letras japonesas”, que aquí refleja las costumbres primitivas de las islas del mar del Sur, entonces aislados de la civilización occidental.


También pendiente continúa La vegetariana, de la surcoreana Han Kang (Gwangju, 1970), que relata la historia de una mujer corriente, Yeonghye, que por la simple decisión de no volver a comer carne convierte una vida normal en pesadilla. Su acto subversivo fracturará todas sus relaciones cotidianas, leo en la cubierta. 


Sin olvidar las relecturas que tengo pendientes, sabedora de que me van a proporcionar horas gozosas. Es el caso de La mujer habitada (Txalaparta 1990), de Gioconda Belli (Managua, 1948), autora que descubrí en la Feria del Libro de Madrid de 1991. Compré la novela por 1.300 pesetas, y me acompañó durante el viaje por Italia en agosto de ese año. Una delicia.


TIEMPO DE RELECTURAS


Otra novela deliciosa que revisito de tiempo en tiempo es The summer without men, con la que descubrí, en inglés, a Siri Hustvedt (Minnesota, 1955). La historia, de perfil intimista y narrada en primera persona, acompaña a una mujer de 55 años que lleva 30 casada, disfruta de un relativo éxito profesional, tiene una hija. Y de repente, su mundo convulsiona, sufre una crisis nerviosa que la obliga a ser internada en una clínica mental, y al salir decide pasar el verano en un pueblo donde su madre vive en una residencia. Ese verano sin hombres sanará a la protagonista y le servirá de acicate intelectual. Novela muy, muy recomendable.

Tokio es casi tan protagonista en la obra de Murakami como sus personajes.

Haruki Murakami (Kioto, 1949) ha escrito varios de los libros que hojeo y releo con cierta frecuencia. Buceo por ejemplo entre las páginas de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (2012), ambientada en Tokio en 1984. En ella, el anodino Tooru Okada experimenta dos pérdidas: desaparece su gato y luego su mujer, y a partir de entonces sus días y noches se llenan de amenazas latentes, sucesos irracionales, historias terribles de la guerra entre Rusia y Japón, pájaros de piedra, pozos y corrientes de agua. 

Haruki Murakami.
Y vuelvo, también de la mano de Murakami, a la historia sentimental, triste y en cierto modo iniciática, de Tokio Blues (Norwegian Wood), con su naufragio de esperanzas juveniles, el desasosiego de no encontrar nuestro lugar en el mundo, el deslumbramiento del amor y el desengaño. Un relato conmovedor bajo el paraguas de la canción de los Beatles, titulada Norwegian Wood (This bird has flown) de 1965.

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