(Leer 'Diez mujeres', 'Diez cuadros' y Japón)
El día 18 de junio de 2010 (ahí es nada, once años ya) abrí este blog, mi personal ventana al mundo, y lo hice en la ciudad de Londres, hasta donde me había trasladado temporalmente para estudiar inglés y, para qué negarlo, regalarme un semestre sabático.
En esos primeros días londinenses vi a España ganar el Mundial de Fútbol; hice el guiri en Greenwich; asistí a una conferencia
de la novelista Tracy Chevalier; recuperé mi infantil amor por los dinosaurios
en el Museo de Historia Natural; visitaba dos o tres veces a la semana las
exposiciones en el British Museum, la National Gallery, la National Portrait
Gallery, el Victoria & Albert Museum… Casi todos los museos eran gratuitos,
un remanso de paz, belleza y conocimiento que yo absorbía cual esponja.
Mi escuela de inglés estaba situada al lado de
Covent Garden, así que pasear era una de mis rutinas diarias. Incansables horas
de caminata guiada por un plano de papel ya que en 2010 yo no tenía internet en
el móvil. Mis compañeros de clase japoneses y coreanos sí lucían móviles de
última generación, pero el mío era un modesto teléfono con la única función de
hablar a distancia.
Infinidad de cosas han pasado en estos once
años de mi blog Cúmulos y limbos, pero en lo esencial sigue siendo un espacio
para escribir sobre mujeres, libros, viajes y arte. Ni la eclosión de las redes
sociales, ni la sucesión de tecnología 3, 4 o 5G, ni siquiera la pandemia que
castiga al mundo entero desde hace año y medio, han variado mi interés por estos
cuatro temas fundamentales, estos pilares fundacionales de la mujer adulta que
soy, por cierto, bastante parecida a la niña que fui.
Este blog se habría llamado Nubosidad variable
si no hubiera sido el título de un libro de Carmen Martín
Gaite;
una novela que en mi juventud me reconfortó y reanimó. A Carmiña he dedicado bastantes artículos a lo largo de estos once años, al igual que a Jane Austen, cuya lectura encauzó mis escritos más tempranos; o las hermanas Brontë. Todas ellas son para mí referentes imprescindibles de la literatura universal, o al menos, de la occidental.
La pintura, una de las artes que más me fascina, ocupa asimismo un amplio espacio en este blog, ya sea a través de mis visitas a los museos del mundo, o por artículos cuyo foco es una pintora o una mujer singular, se trate de coleccionistas, modelos o figuras interesantes con las que me he ido topando a lo largo de los últimos once años.
Francia, Grecia, Portugal, Estados Unidos o Japón han sido países que he visitado más de una vez en estos once años de blog. Viajes que he relatado en estas páginas, a las que regreso de vez en cuando para recordar y revivir momentos únicos, como el 20 de agosto de 2017, cuando pasé mi cumpleaños en el Monte Fuji. Muy cerca de las nubes, en un lejano Japón que de niña jamás pensé ni remotamente ser capaz de visitar.
Pero algunos sueños se cumplen. Y, pandemia mediante, desde hoy mismo comienzo a soñar nuevos sueños para nutrir los próximos once o veinte años de este modesto blog.
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