jueves, 3 de agosto de 2023

Viajes con Murakami: once días en Córcega, julio 2023

Viajes con Murakami por el Portugal post-COVID (agosto 2020)

Viajes con Murakami. Croacia, Bosnia y Serbia (julio 2016)


Durante mis once días de vacaciones en Córcega, el pasado mes de julio, tuve como compañero habitual a Haruki Murakami (Kioto, 1949), cuyo libro de relatos Primera persona del singular voló conmigo en cabina, en el avión que por la mañana me transportó desde Madrid a Niza, y por la tarde, hasta Figari, el día 18 de julio de 2023. 

Murakami, compañero de viaje en el avión a Niza, y en la playa y puerto de Ajaccio.

La primera lectura relajada en tierras corsas tuvo como marco Ajaccio, la capital de la isla y ciudad natal de Napoleón, que sigue siendo una fuerte atracción turística, tanto por sus huellas en calles y plazas, como por visitar su casa. Nos alojamos en el hotel Napoleón, en pleno centro, dando gracias por tener plaza en su garaje, porque aparcar en Ajaccio es una locura.


En el Museo Fesch exhiben numerosos retratos de la familia Bonaparte, algunos muy interesantes. Ahora bien, no sé qué pensaría el emperador de los monstruosos cruceros que hoy atracan en su Ajaccio natal. Por suerte, a los pies de la ciudadela del  XVI sobrevive la playa, casi idéntica a la que él conoció. Los personajes de Murakami me acompañaron en el aperitivo y cena en la terraza de un restaurante en el puerto, el día 19. Y también el día 20, en la playa, al pie de la ciudadela, al atardecer mientras la tormenta sopesaba si descargar o no sus preciadas gotas de agua.



Restaurante U Museu (Corte, Córcega).

El día 21 de julio hicimos una parada para comer en el restaurante U Museu, de Corte, cuando íbamos camino de Calvi. Y el libro de Murakami no podía faltar en esa foto, tomada en la misma mesa en la que comimos hace 17 años, en nuestra primera visita a Córcega, a esa ciudad del centro de la isla, y a ese mismo restaurante.




Vista de la Ciudadela y el puerto de Calvi (Córcega, desde el hotel Belvedere).
Llegados y alojados en el hotel Belvedere de Calvi, los personajes de Murakami se asomaron a la ventana de la habitación, con magníficas vistas a la Ciudadela y al mar (también al parking donde recargamos el dichoso coche eléctrico que nos endosaron los de Hertz en el aeropuerto de Figari). Pasamos tres estupendos días en Calví, del 21 al 23 de julio, de los mejores de este viaje.




Bar-restaurante en Pigna (Córcega).
El domingo 23 de julio hicimos una excursión a Pigna, encaramado en los montes que rodean la Isla Rosa. Nos decepcionó un poco este pueblo de artesanos, que habíamos visitado hacía 17 años, pero esta vez estaba semidesierto, quizá por culpa de la canícula, o por ser domingo y estar cerradas las tiendas y talleres. Tomamos un refresco en uno de los dos bares-restaurantes con vistas panorámicas, rodeados de (molestas) avispas.


Murakami se asomó a ver las azules aguas del Mediterráneo a los pies de Pigna. Y nosotros nos acercamos aún más al mar, pues escogimos la cercana playa de Algaiola para comer, el restaurante Casarena, casi al borde de las olas. Queso y vino pusieron el broche perfecto a esa mañana de domingo. ¡Ya sin avispas!




Playa Pinarellu (Sur de Córcega).
En playa Pinarellu, de camino hacia Porto Vecchio, nos detuvimos la tarde del 24 de junio para un chapuzón rápido, bajo amenaza de tormenta que quedó en intentona, sin más. Una playa estrecha pero extensa, al abrigo de pinares y de fina arena blanca, en la que el agua no cubre durante decenas de metros. Muy familiar, junto a un cámping que en tiempos debió estar muy concurrido, y ahora abandonado.


Pasamos cuatro noches, del 24 al 27 incluidos, en el hotel Le Mistral, en Porto Vecchio, en pleno centro, y de nuevo con mucha suerte de que hubiera plaza en el parking privado, que tenía hasta 2 espacios para recargar el coche eléctrico (Zoe se llamaba).



Murakami entre los menhires de Curia (Sartene, Córcega).

El día 25 estaba reservado para visitar el sitio de menhires de Palaggiu, comer en la playa de Tizzano y por la tarde, recorrer el yacimiento de Cauria. En la foto, luce magnífico el libro de Murakami, Primera persona del singular, entre los menhires de Curia, en el sur de Sartene, en el extremo meridional de la isla.



Menhires de Palaggiu (zona de Sartene, sur de Córcega).

Quiso la mala suerte que por la mañana me dejara olvidado el libro en el coche en la visita de Palaggiu, por lo que Murakami no pisó ni pudo deambular entre las magníficas (bastante aisladas y poco accesibles) piedras sagradas de Palaggiu, que recreé en mi libro 'La casa de las palmeras'.



Las Bocas de Bonifacio, desde el restaurante U Castille (Bonifacio, Córcega).

Murakami me acompañó por más sitios y plazas corsas, pero voy a finalizar este recuento de idas y venidas por la isla francesa con la instantánea tomada en la terraza del restaurante U Castille, en Bonifacio, con ellos (los personajes de los relatos) y yo asomados, maravillados, a las Bocas de Bonifacio. En frente, la costa de Cerdeña.


Viajes anteriores con Murakami

Julio de 2023 no ha sido la primera vez que he seleccionado uno de los libros de Murakami para leer, pasear y posar. Lo hice durante un tour en coche por los Balcanes, en julio de 2016, que recorrí acarreando El fin del mundo y un despiadado país de las maravilllas. Novela que, para ser sincera, resultó una decepción.


También en agosto de 2020 escogí al autor japonés como compañía literaria, en un viaje por Portugal. Recién salida del primer confinamiento por el COVID-19, y ajena a que en muy pocos meses volveríamos al encierro, La muerte del comendador me devolvió el encantamiento que inspiró en mí la lectura de las grandes novelas de Murakami: Tokio Blues, Kafka en la orilla, 1Q84 o Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.

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