martes, 20 de julio de 2021

Quién fue Puduhepa, la reina de la paz hitita de hace 3.300 años

( Más sobre el imperio hitita y sobre sus reyes)

 

El imperio hitita (Anatolia, siglos XVIII-XII a.C.) fue poderoso y temible, rivalizó durante años con Egipto por el equilibrio de fuerzas en Siria. Tuvo grandes reyes, entre los cuales destacan Telipinu, Mursili, el fabuloso Suppiluliuma y Hattusili III (reinó de 1272 a 1267 a.C.), además de una gran reina, primero consorte y después regente, llamada Puduhepa (siglo XIII a.C). Una reina de la Edad del Bronce que es conocida como reina de la Paz, ya que junto a su marido, Hattusili III, logró estampar su propio sello (al lado del mismísimo faraón Ramsés II) en el Tratado de Paz de Qadesh, firmado entre Egipto y los hititas, y que es considerado el primer tratado de paz internacional de la historia. Todo un signo de autoridad de esta imponente mujer.

La reina Puduhepa dejó una vasta estela que los arqueólogos han ido desempolvando con los años. Fue una gobernante que hiló fino la madeja de las uniones dinásticas, hasta el punto de que una de sus hijas, nacida en 1245 a.C. y conocida por su nombre egipcio de Maathornefrura, fue entregada en matrimonio a Ramsés II.

El nombre de la reina Puduhepa (siglo XIII a.C.), estampado en un sello de arcilla. 

Fue Puduhepa una mujer de carácter fuerte que gobernaba con su marido; juntos volvieron a ocupar y reconstruyeron la antigua capital del imperio en Hattusa, ordenaron copiar los archivos nacionales e instituyeron reformas constitucionales. Así lo cuentan varios sellos impresos en arcilla, como el de la foto, que bajo un sol alado tiene escrito, en jeroglíficos, los nombres y títulos de la Gran Reina Puduhepa (derecha) y del Gran Rey Hattusili III.

La influencia de Puduhepa fue tal, que no sólo actuó como lo que hoy llamaríamos reina consorte y regente, sino que gobernó conjuntamente con su hijo, Tudhaliya IV (rey desde 1237 a 1209). Así se relata en otro sello que se descubrió en 1936, en el sur de Turquía, en el que aparecen madre e hijo, dedicándole a ella el tratamiento de "Puduhepa, Gran Reina, Reina del Pueblo de Hatti, amada de Hepat”.

Versión egipcia del Tratado de Paz de Qadesh, grabado en el templo de Karnak.

Ejerció además como sacerdotisa y, en calidad de ello, escribió elaborados himnos a varias diosas, a las que invocaba para que garantizasen la salud de su hijo el rey. La mayoría de sus súbditos la veían como una mujer todopoderosa, más parecida a una diosa que a un ser mortal.

Puduhepa ostentó el poder durante más de sesenta años y murió (¡estamos hablando del siglo XIII a.C!) a la avanzadísima edad de 90 años, lo que da idea de su fortaleza física y de su carácter.

DESCUBRIENDO A LOS HITITAS

Los hititas fueron un pueblo legendario que dominó el centro de Anatolia (la actual Turquía) entre los siglos XVIII y XII a.C. aproximadamente. Un pueblo guerrero, a la vez interesado en el arte, conocedor de la escritura indoeuropea (aunque también usaban la cuneiforme) y poseedor de un cuerpo legislativo propio. Las huellas de este pueblo (olvidado durante más de tres mil años) fueron desenterradas en 1834, cuando el arqueólogo Charles Félix Tesier (1802-1871) descubrió las ruinas de Hattusa, ciudad que fue capital del imperio. En 1839, en su libro Descripción de Asia Menor, afirmaba que esas ruinas pertenecían a una civilización con escritura desconocida.

Relieve con un guerrero hitita.

Entre 1870-80, el misionero irlandés William Wright investigó diversos restos, y otros dos arqueólogos encontraron en Carquemis trazos de esa escritura desconocida, la misma que en 1879 había hallado Henry Sayce en Esmirna. En 1880, Sayce afirma en una conferencia que todos esos restos pertenecen a los hititas que menciona la Biblia.

3 comentarios:

  1. Muy interesante, Pepa. Esto que cuentas redunda en la teoría de algunas arqueólogas sobre el papel de la mujer en ese periodo, más relevante que en comparación con el retroceso que se produjo en siglos posteriores posteriores en

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