martes, 29 de diciembre de 2020

2021: a la vuelta de la esquina, el fin de la pandemia

(Más sobre la Navidad aquí y también aquí)

Hay Navidades de película, Navidades de recato y recogimiento, Navidades consumistas, Navidades profanas vividas con la intensidad del creyente, Navidades blancas, lluviosas, ventosas, Navidades heladas y hasta Navidades en pantalón corto y bañador, como las que disfrutan los habitantes de Australia o Sudáfrica.


Hay múltiples formas de celebrar la Navidad, como aprendimos desde pequeños quienes las pasamos viendo por televisión las películas ¡Qué bello es vivir! Mujercitas, por citar dos de las cintas cuyos fotogramas han poblado las mentes de varias generaciones, entre las que se cuenta la mía.

Existen Navidades de muñecos de nieve y abetos helados, tal y como se viven en las tierras altas donde mora Santa Claus, el férreo competidor de los Reyes Magos de Oriente. Navidades cuyos festejos se remontan a la noche de los tiempos y de cuyo significado original apenas quedan el cuento infantil y la ilustración asociados a las obras de arte, fundamentalmente a la pintura.


Medio mundo conoce y reconoce la iconografía navideña que relata el nacimiento de Jesús de Nazaret, recuerda el fulgor y el brillo de la estrella de Belén y narra el viaje de los Reyes Magos
, así como la adoración de los pastores, la vaca y el buey en el portal de Belén. 

A punto de apagarse la Navidad de 2020, ha llegado el momento de encender la mecha de 2021, cerrar los ojos durante unos instantes y concentrar esfuerzos y plegarias. 

Ojalá 2021 nos regale el fin de la pandemia.

Ojalá la festividad del 1 de enero sea el umbral de una época más dulce que el turrón.

Ojalá 2021 corresponda las esperanzas de la humanidad. 

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