Firma invitada: Luis Fermín Moreno (@fatherMarch)
Rafael Santos Barba (Madrid, 1968) es un poeta siempre reacio a hacer públicos sus versos. Su último libro, Sombras blancas (Libros del Aire, 2024), nos ha permitido reencontrarnos con la obra de este autor casi secreto en el que prima la discreción.
Esta actitud se aprecia ya desde el título. El también poeta Juan Marqués dice en el prólogo que “tanto la sombra como lo blanco son dos realidades sutiles (…), cosas que apenas existen de tan poco ruidosas.”
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| 'Sombras blancas' (Rafa Santos). |
Son, sí, poemas breves, humildes, minúsculos en ocasiones. Poco ruidosos, casi clandestinos. Versos que están y enseguida ya no están. Pero son también poemas de una madurez y hondura poética evidentes; versos simbólicamente enormes que resuenan como intensas cargas de profundidad que nos elevan hasta nuestro abismo interior. Versos “universos” como éste:
Lo mismo que una luz que teme al aire.
Reza la contraportada que estamos ante “una meditación poética sobre el fin de una etapa y la supervivencia del corazón, contemplada como expectativa y como dolorida imposibilidad”. No sé si es un propósito meditado que esto suene a desesperanza. En mi opinión, es todo lo contrario. Nada está perdido mientras se puede hacer que el tiempo sea fértil:
Volaron libros
por la ventana abierta;
volvieron pájaros.
Rafa Santos ha conseguido componer un libro pequeño, pero interminable, que refleja lo que pocos poetas consiguen reflejar: los adentros del alma, que nunca llegan a agotarse.
Mi amor,
dentro de mí hay un reino
en el que ni siquiera tú
puedes entrar.
Y en él,
una ciudad cuyos umbrales
ni siquiera yo
he cruzado.


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