viernes, 5 de abril de 2024

Mujeres que pintan: Delhy Tejero, ecléctica y sentimental

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Delhy Tejero (Toro, 1904-Madrid, 1968) fue una artista muy personal e interesante que soñaba con “pintar con los colores puros, sin ensuciarlos. No como los impresionistas, que los mezclan por proximidad en el cuadro”, según dijo en varias ocasiones. “Sueño tal vez con un mundo que no es el que vemos, porque la realidad es toda sucia y mezclada. Nuestro arte no debe de ser una reproducción de esa realidad. Ha de extraer y reunir, aunque sea con estridencia, las cosas limpias y puras”, proclamaba.

Delhy Tejero (1904-68), del regionalismo al art decó y la abstracción.


Creía Delhy Tejero que “el arte no descansa ni se detiene”, algo que demostraba en sus obras, bastante menos conocidas de lo que merecen, y que presentan una línea evolutiva desde el regionalismo y el art decó, hasta la abstracción.


Una de sus peculiaridades es que mantuvo toda su vida una actitud ecléctica que le permitió navegar con naturalidad entre tendencias y géneros. Así, en el periodo final de su existencia, se centró en el paisaje esquemático de su tierra natal, y en el retrato, pero en la década precedente había estado volcada en la abstracción.

María Dolores (1945) y Javier (1956), retratos de Delhy Tejero.

DE TORO A MARRUECOS Y PARÍS

Delhy Tejero nació en el seno de una familia oriunda de Toro, la segunda de tres hermanas, y su infancia estuvo marcada por la muerte de su madre y la dedicación del padre a sus hijas; algo que determinó su particular educación, con largas temporadas en el campo, durante las cuales comenzó a dibujar de forma autodidacta, espontánea. 


En  1924 publicó su primera ilustración, firmada con su verdadero nombre, Adela Tejero, en el periódico El Noticiero de Toro, así como su primer trabajo retribuido como ilustradora, en El Liberal, de Madrid.

Los dos (1953) y La pareja (1954), de Delhy Tejero.

Cuatro años más tarde, en 1928, inició su colaboración habitual como ilustradora en las revistas de la época (Blanco y Negro, Crónica, La Esfera...), gracias a lo cual pudo trasladarse a vivir a la residencia de señoritas regentada por María de Maeztu, donde permanecerá cuatro años. Se relaciona entonces con intelectuales y escritores, Lorca, Alberti, Clara Campoamor... Josefina Carabias y Marina Romero serán algunas de sus mejores amigas y compañeras de habitación.


En 1929 ya empezó a firmar como Delhy, inspirada, al parecer, por la capital de la India.



Delhy Tejero fotografiada en París (años 1938 y 1939).

Trabaja con énfasis varios años, cuando la guerra estalla, y en mayo de 1938 decide trasladarse a París, donde permanecerá hasta septiembre de 1939. Allí entró en contacto con la Escuela Surrealista, en especial con Óscar Domínguez, quien la introdujo en el círculo de André Bretón. Conoce a Picasso, se relaciona con exiliados españoles y estudia pintura en la Universidad de La Sorbona.


Autorretrato, 1950 (Delhy Tejero).


Tras su vuelta a España, uno de los hitos de su carrera tendrá lugar en 1953, al ser la única mujer en la primera exposición de arte abstracto, realizada en Santander junto a Saura y Miralles. 

Composición abstracta, 1954, de Delhy Tejero (Museo Reina Sofía, Madrid).

Mujer inquieta y amante de la mudanza en lo personal y artístico, Delhy Tejero mantuvo la actividad como pintora e ilustradora hasta su muerte, pero ya de sus propios cuentos, que publicaba en los periódicos ABC y el desaparecidoYa. 


Falleció en Madrid, el 10 de octubre de 1968, en un día sin sol, como ella había deseado, y está enterrada en su Toro natal.

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