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La Fundación Custodia (@FondCustodia) de París, creada por el coleccionista de arte holandés Frits Lugt, es un interesante museo que contiene fundamentalmente pinturas, dibujos y grabados.
En 2023, dedicó la primera exposición monográfica al enigmático Jacobus Vrel (hacia 1630–1680), pintor del Siglo de Oro holandés, de biografía desconocida por completo, del que solo se conservan 49 pinturas y un dibujo. No se sabe su lugar de nacimiento, ni dónde murió, tampoco detalles de su actividad. Los estudiosos han datado las pinturas de escenas urbanas hacia 1635, y las interiores serían algo más tardías, hacia 1650.
Vrel tenía la particularidad de que solía firmar en un papel tirado o depositado en el suelo, con los nombres de JV, J. Vrel, J. Frell o Jacobüs Vreel. Esas firmas, unidas a que muchas de sus pinturas comparten el papel central de las figuras femeninas, la calma contemplativa y un cierto aire de misterio, que hoy reconocemos como propios del célebre Johannes Vermeer, hizo que, durante mucho tiempo, varias obras de Vrel le fueran atribuidas a su más famoso coetáneo.
Mujer asomada a la ventana (Jacobus Vrel), Kunsthistorisches, Viena. |
Sin embargo, los estudiosos del arte han demostrado que Jacobus Vrel no fue seguidor, sino precursor de Vermeer, tanto en temática como en cronología. De hecho, aunque sus pinturas son casi desconocidas para el público en general, llevan más de un siglo intrigando y fascinando a los historiadores del arte durante.
En la exposición vista en la Fundación Custodia se pudieron contemplar por primera vez juntas importantes obras conservadas en los grandes museos de Ámsterdam, Bruselas, Detroit, Múnich, Viena, etc., así como procedentes de colecciones privadas. Una de las piezas más notables fue una escena de género sorprendente, que muestra a una mujer sentada mirando a un niño a través de una ventana.
LA MUJER, PROTAGONISTA DE VREL
La oscuridad y el misterio rodean a Vrel. Por la arquitectura de algunas de sus vistas urbanas, aunque no son imágenes realistas, se estima que pudo trabajar en Zwolle o alguna otra ciudad cercana del este de Holanda.
Pinta callejones casi siempre anónimos, monocromos e insistentemente geométricos, así como escenas de interior, con las paredes desnudas y un mobiliario humilde. Todos sus óleos transmiten una sensación de quietud y silencio, aunque sea solo superficial, porque el desasosiego está siempre presente.
Vista de una calle (Jacobus Vrel), Alte Pinakotkeh, Múnich. |
Precisamente, el tema recurrente en la obra de Vrel es el de una mujer vista desde atrás o de lado, asomada o frente a una puerta o ventana y enfrascada en sus tareas cotidianas. Las escenas tienen lugar en interiores semivacíos y donde la presencia de algunos objetos inusuales no hace sino incrementar la sensación de extrañeza.
Muchacha en un interior (Jacobus Vrel), National Gallery, Washington. |
Las habitaciones que representa este artista aparecen delimitadas por paredes prácticamente vacías, desabridas, y una ventana o puerta holandesa, detrás de la cual, a veces, el rostro pálido de un niño emerge de la oscuridad. Algunas veces, en la escena se intuye a otra persona, pero que no se muestra de frente, sino semiescondida.
Las vistas callejeras de Vrel son asimismo peculiares. Ofrecen una visión de la vida urbana en la Holanda del siglo XVII, aunque llaman la atención debido a su arquitectura inclasificable.
Escena callejera (Jacobus Vrel), colección privada. |
Vrel fue el primer pintor del Siglo de Oro que eligió como tema vistas de calles y edificios sin ningún acontecimiento histórico o importante en curso. Por ello, fue asimismo precursor en este tipo de pintura callejera, que desarrollarían en la segunda mitad del siglo XVII artistas como Jan van der Heyden (1637-1712) o Jan Abrahamsz Beerstraaten (1622-1666).
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