La imagen que en Occidente tenemos hoy de la Navidad, es decir, nieve, nacimientos, pesebres, árboles adornados, villancicos y decenas de estampas similares, no puede ser más falsa e imprecisa. Para empezar, en una mitad del mundo es verano, e incluso en países como España, Portugal, Grecia o Italia, las calles apenas otean la nieve en copos en estas fechas.
Algo similar ocurre con el arte y la imagen de la Navidad, el nacimiento del Niño Dios, y todo lo que refiere la tradición judeo-cristiana. Algunas de las más bellas y perfectas pinturas de temática navideña son indiscutibles, canon, y todos las tenemos en nuestras retinas. Otras, sin embargo, son curiosas, menos vistas, o ambas cosas.1.-VIRGEN CON EL NIÑO, de Carlo Crivelli (hacia 1435-95), en el Museo Metropolitan de Nueva York.
Esta obra, datada hacia 1480, condensa bien las características de Crivelli, un veneciano de vida muy desconocida (se sabe con seguridad que fue enviado a prisión por adulterio en 1457), que vivió y trabajó en la época renacentista, aunque su estilo tiene mucho más del conservador gótico tardío. Sentía predilección por los fondos muy decorados, a menudo de color verde y dorados.
Virgen con el Niño (Carlo Crivelli), Museo Metropolitan. |
Esta obra es curiosa por el contraste entre la fresca naturalidad del paisaje vegetal del fondo y la monumentalidad de la Virgen. Muy sorprendentes son el pájaro y la mosca que captan la atención del Niño y, sobre todo, el uso de frutas y flores como elemento decorativo, representadas en festones colgantes, que aquí atrapan la mirada de modo inevitable.
Las frutas y animales son en realidad símbolos del bien y del mal: mientras que las manzanas y la mosca simbolizan el pecado, el pepino y el jilguero hacen referencia a la redención del alma.
2.-DESCANSO EN LA HUIDA A EGIPTO (Gérard David, 1450-1523), en el Museo del Prado, en Madrid.
Pintado hacia 1515, este óleo presenta una Virgen entronizada muy original
para la época, con una María y un Jesús vistos en un momento de descanso durante
su huida a Egipto. Al fondo a la derecha, y en una escala diminuta, una imagen
de la Sagrada Familia centra el tema.
Miembro de la escuela flamenca de Brujas, Gérard David crea un arte personal lleno de dulzura y preciosismo, inspirándose en los grandes maestros flamencos.
Descanso en la huida a Egipto (Gérad David). |
Esta obra tiene ya influencia del arte renacentista, sobre todo del sfumato de Leonardo. Y es muy curiosa la forma de disponer a María en el centro, formando una pirámide con su cuerpo, resaltando frente a un nicho de árboles que parece abrazarla a ella y al Niño.
3.-SAN JOSÉ CON EL NIÑO JESÚS, de Giovanni Battista Sassoferrato (1609-85), en el Museo Nacional de Varsovia.
Esta obra, sin datar, presenta una imagen poco habitual, puesto que la inmensa mayoría de cuadros con el Niño Jesús, o bien aparece la Sagrada Familia al completo, o acompañada de pastores, Reyes Magos, santos y santas, con su primo san Juan... También son frecuentes los óleos del Niño con la Virgen a solas, pero es bastante raro verlo con la única compañía de San José.
San José con el Niño Jesús (Giovanni Battista Sassoferrato). |
Aquí, el pintor barroco italiano Sassoferrato (también conocido como Giovanni Battista Salvi) inmortaliza a un dormido Jesús en los brazos toscos pero amorosos de su padre adoptivo. Un raro momento de paz en sus azarosas vidas. Y lo hace al estilo de Rafael, a quien seguía y veneraba.
4.-EL CENSO EN BELÉN, obra maestra de Pieter Bruegel el Viejo (1526/30-1569), en el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica, en Bruselas.
El cuadro, fechado en 1566, realiza una interpretación muy personal de la historia bíblica acerca de por qué María y José viajan a Belén, donde ella da a luz.
La ciudad de Belén que pinta Bruegel es contemporánea y situada en un paisaje europeo del siglo XVI, lleno de movimiento y efervescencia popular. La Sagrada Familia está ahí, aunque no se vea a simple vista ni cope el protagonismo.
El censo de Belén (Pieter Bruegel el Viejo). |
Fundador de la dinastía artística que lleva su apellido, Bruegel es considerado el pintor holandés más importante del XVI, y junto a Van Eyck, el Bosco y Rubens, uno de los cuatro grandes maestros de la pintura flamenca. Su Torre de Babel es una auténtica maravilla, una obra inconmensurable.
5.-EL PESEBRE (Navidad 1929), de Alfredo Gramajo Gutiérrez (1893-1961), en el Museo de Bellas Artes de Argentina, en Buenos Aires.
El pesebre (Alfredo Gramajo). |
Un tríptico que traslada la representación navideña del pesebre donde nace Jesús al norte de Argentina. En el panel central, la Sagrada Familia está casi escondida, en el fondo, entre plantas y colinas. Los grandes protagonistas son los rostros y vestidos de los paisanos, gente sencilla de pueblo, que llenan el lienzo de color y vivacidad, y transmiten una enorme carga emotiva.
Mediante esta obra, el pintor argentino ofrece una suerte de respuesta humana a un hecho divino como es la llegada del hijo de Dios a la tierra de los hombres.
6.-VIRGEN CON EL NIÑO, de Defendente Ferrari (1490-1540), en el Rijksmuseum de Ámsterdam.
Este cuadro, de 1526, es una copia casi idéntica de otro de Rafael del mismo año (Madonna de Orleans, 1526, Museo Condé de Chantilly).
Virgen con el Niño (Defendente Ferrari), en Rijksmuseum. |
Esta Virgen con el Niño es un óleo curioso, por tratarse de una copia casi literal de Rafael, por la alambicada y extraña orla que porta el Niño, sentado en el regazo de María, y ambos rodeados de una estantería con botellas y tarros. Una imagen bastante terrenal.
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