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La exposición Maestras, que abre sus puertas este martes, 31 de octubre, en el Museo Thyssen de Madrid, va a ser sin duda uno de los grandes acontecimientos del otoño-invierno cultural 2023-2024. Se trata de la primera gran muestra enmarcada en lo que la pinacoteca llama “proceso de redefinición feminista”, emprendido en los últimos años. O lo que es lo mismo: el imprescindible trabajo (¡ya era hora!) de los museos del mundo entero para sacar del olvido, del ostracismo, y en algunos casos, rescatar, bajo el polvo de la ignorancia, la obra de artistas que siempre debieron brillar por méritos propios.
'Maestras' en Thyssen Madrid (31 de octubre-4 de febrero de 2024).
Célebres en su época, Artemisia Gentileschi, Angelica Kauffmann, Clara Peeters, Rosa Bonheur, Mary Cassatt, Berthe Morisot, María Blanchard, Natalia Goncharova, Sonia Delaunay o Maruja Mallo rompieron moldes en su tiempo y realizaron obras excelentes, a la altura de sus colegas masculinos. El tiempo y la historia trataron de borrar sus nombres y carreras, pero hoy todas ellas han recobrado el título indiscutible de maestras.
'Susana y los viejos' (Artemisia Gentileschi). |
Casi un centenar de piezas, entre pinturas, esculturas, obras sobre papel y textiles, componen esta exposición, que puede verse en el Thyssen hasta el 4 de febrero de 2024 y después viajará, en versión reducida, hasta el museo alemán Arp Bahnhof Rolandseck, de Remagen.
Con una mirada feminista, Maestras se desliza como un río, en un recorrido desde finales del XVI hasta las primeras décadas del XX, y se divide en ocho grandes meandros por los que fluye la larga lucha de la mujer hacia su emancipación. Toda una conjunción de periodos históricos, géneros artísticos y temas que enseñan cómo estas artistas tomaron posición y aportaron iconografías y miradas alternativas.
La muestra se estructura en ocho secciones:
1.- Sororidad I. La causa delle Donne. En el siglo XVII, en Italia, en plena Contrarreforma, artistas respaldadas por mecenas representan figuras mitológicas, heroínas bíblicas y personajes como Judit, Susana y Porcia. A través de ellas, reinterpretan la historia y el discurso, denuncian su exclusión por el sistema patriarcal, que degrada a estas heroínas en relatos tergiversados y pinturas eróticas ofensivas. Aquí destacan Lavinia Fontana y Fede Galizia, Artemisia Gentileschi y Elisabetta Sirani, tres generaciones de artistas que triunfan con sus versiones castas e inauguran una tradición alternativa.
Judit con la cabeza de Holofernes (Fede Galizia). |
2.- Botánicas, conocedoras de maravillas. Durante la época racionalista, las pioneras del bodegón y de la ilustración botánica eclosionan, gracias al respaldo de mujeres mecenas. Fede Galizia y Giovanna Garzoni (Italia) y las hermanas Rachel y Anna Ruysch (Holanda) son pintoras e ilustradoras formadas, utilizan el microscopio, les interesa la entomología, representan la vida de manera holística, como un ecosistema donde habitan mariposas, moscas y otras pequeñas criaturas, refutando la naturaleza muerta como vanitas. En el suroeste de Ámsterdam, trabajan las principales artistas botánicas: Maria Moninckx, Maria Sibylla Merian y su hija Johanna Helena Herolt.
3.- Ilustradas y académicas. Durante la Ilustración, las mujeres despiertan como ciudadanas en la historia feminista. Es el momento de las pintoras Élisabeth Vigée-Le Brun, Adélaïde Labille-Guiard o Angelica Kauffmann, y de las escultoras Marie-Anne Collot y Anne Seymour Damer.
'Lady Hamilton como bacante' (Elisabeth Vigée Le Brun). |
Todas representan a mujeres cultas que reafirman su identidad en escenarios teatralizados, como Lady Hamilton con las ruinas arqueológicas al pie del Vesubio.
4.- Orientalismo / costumbrismo. Estamos en la época colonial. Las artistas viajan y observan con respeto a los no occidentales, en oposición a la sexualización degradante que exhiben sus colegas masculinos orientalistas.
'Campesina del norte de África' (Henriette Browne). |
A diferencia de ellos, pintoras Henriette Browne y Alejandrina Gessler pueden entrar en los harenes, deshaciendo decenas de tópicos eróticos.
El costumbrismo se abre paso, y España ejerce una gran fascinación en los ambientes parisinos. A partir de las escenas de los Pirineos realizadas por Rosa Bonheur, las figuras de pastores, gitanas y campesinos se hacen habituales.
5.- Trabajos y cuidados. Durante el siglo XIX, artistas como Alice Havers y Eloísa Garnelo representan grupos de mujeres trabajando en el campo, o en la ciudad, como Las planchadoras, de Marie Petiet.
'Las planchadoras (Marie Petiet). |
6.- Nuevas maternidades. En el siglo XIX surge el arquetipo de la mujer como ángel del hogar para tratar de frenar su emancipación, a lo que se oponen de manera férrea pintoras y escultoras. En el siglo XX, la lucha continúa por desligar a la mujer de su rol como simple procreadora.
'Madre e hijo' (Tamara de Lempicka). |
'Las hermanas' (Berthe Morisot). |
7.- Sororidad II. Complicidades. De la mano del impresionismo, Berthe Morisot, Marie Bracquemond, Louise Breslau y Cecilia Beaux crean nuevas iconografías de la amistad y confianza entre mujeres. Un mundo privado al margen del hombre en el que germina el anhelo de libertad.
8. Emancipadas. En el siglo XX, el sufragio femenino en los países occidentales da alas a las artistas vanguardistas. El cuadro En el palco, de Helene Funke, confirma una tradición artística femenina, que exhibe la sororidad en versiones de Marie Laurencin, María Blanchard y Natalia Goncharova. Y escenas populares, como las verbenas de Maruja Mallo, reflejan la alegría por la conquista del espacio público.
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