¿Quién es Amalia Avia? Descúbrelo en 'El Japón en Los Ángeles'

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¿Quién es Amalia Avia (1930-2011) y dónde ver su pintura?

La artista, fallecida en 2011, inmortalizó Madrid y sus gentes con una mirada incisiva a la vez que poética. Su estilo realista la condenó a un segundo plano, quizá debido a que el fulgor de Antonio López en este género eclipsó todos los demás nombres, especialmente los femeninos. 

Amalia Avia (1930-2011), pintora realista.

Amalia Avia había nacido en la pequeña localidad toledana de Santa Cruz de la Zarza, en 1930, y su infancia estuvo marcada por la guerra civil y los vaivenes de la posguerra. Quizá por eso, la suya es una pintura íntima, cargada de sentido poético, una recreación muy personal de la vida española, en una época marcada por las tragedias y las transformaciones vertiginosas.

'La Bobia' (1963), 'La casa de Cristina' (1983) y 'Mesillas' (1985), de Amalia Avia.

Cuando en 1960 Amalia Avia se casó con el pintor Lucio Muñoz, su obra quedó relegada a un segundo plano, en favor de la de su marido. Lo que no explica todo, pero da muchas pistas de por qué sus cuadros no se muestran al público, pese a que forman parte de grandes colecciones españolas. Esta situación de pérdida de relevancia es común a miles de mujeres artistas, como atestigua el colectivo Advancing Women Artists, que rastrea, restaura y expone cuadros pintados por mujeres hace siglos (han dado esplendor a Violante Beatrice Siries y Plautilla Nelli, entre otras).

'El Japón en Los Ángeles' (1995), de Amalia Avia.

Por fortuna, estos días, la figura de Amalia Avia ha cobrado actualidad y prestigio, y su trabajo puede contemplarse en la sala Alcalá 31 de Madrid hasta enero de 2023. La muestra, titulada El Japón en Los Ángeles. Los archivos de Amalia Avia,  es gratuita y se compone de unas 110 piezas. Se trata de la primera gran retrospectiva dedicada a Amalia en un cuarto de siglo, y en ella se hace un repaso de su obra poniendo el foco más allá de su sello como pintora realista. 

Amalia, como Antonio López y su mujer, María Moreno, los hermanos López Hernández y sus respectivas mujeres, Esperanza Parada e Isabel Quintanilla, se decantó por la figuración realista, pero no le interesaba la representación de la figura humana, sino los espacios, las huellas, el paso y el poso del tiempo, las calles, las fachadas, los interiores de casas y familias. 

'Escaleras del metro' (1971), de Amalia Avia.

Una de sus singularidades es que utilizaba la fotografía como método de trabajo, es decir, aunque visitaba los lugares para familiarizarse con el motivo, prefería trabajar a partir de las fotos estáticas. A diferencia de lo que hacía (y hace) Antonio López, poner su caballete en las calles, ella no trabajaba así. Estaba empeñada, eso sí, en mostrar con su pintura la belleza aunque esta se hallara en la fachadas dañadas de los edificios, el sucio metro o los vacíos interiores.

Madrid era su mapa y su brújula, su senda y su mentidero. Desde la Puerta del Sol pasando por el barrio de Justicia, hasta llegar a comedores, cocinas, mecedoras, máquinas de coser o la singular serie de las camas, en todas las obras de Avia detectamos la huella de lo humano, el soplo de las vidas anónimas que tanto atraían a esta singular artista.