(Más sobre Carmen Laforet y La insolación)
La novela póstuma Al volver la esquina (2004), de Carmen Laforet (1921-2004), es la segunda parte de la trilogía inacabada Tres pasos fuera del tiempo, una historia de tres momentos cruciales en la vida del protagonista, Martín Soto. Mientras que el primer libro, La insolación (1963), estaba ambientado en la década de los años cuarenta del siglo XX, Al volver la esquina se sitúa en los cincuenta, y la tercera novela, que se iba a titular Jaque mate, tenía como geografía humana y ambiental la España de los años sesenta.
La principal característica de esta novela es su carácter psicológico, y el hecho de que la escribió en la posguerra, aunque no vio la luz hasta la muerte de la escritora, en 2004. Su protagonista, Martín Soto (el adolescente de La insolación) es ahora un pintor bohemio que busca sentido a su existencia, casi del mismo modo que lo hacía cuando, a sus catorce años, conoció y quedó fascinado por los hermanos Anita y Carlos Corsi, un verano en un pueblo asomado al mar de Levante.En la actualidad, y a sus 24 años, Martín vive rodeado
de pobreza, aferrado a su arte, hasta que se reencuentra con Anita en una lluviosa noche toledana. Vuelve así
a entrar en contacto con el universo extravagante y frívolo de sus
antiguos amigos, sacudido por la nostalgia, en ocasiones consumido por
los celos y el capricho, y otras veces, purificado en la corriente del amor.
La ilusión y la esperanza arrastran a Martín, que decide
irse a vivir con ellos, incluyendo a una niña que, en principio, sólo le
acompañaba en un viaje de dos días y que, a la postre, acabará convirtiéndose
en un miembro más de esa extraña composición familiar.
LAS TRAMPAS DE LA MEMORIA
Esta novela indaga en las trampas de la memoria y la búsqueda de la propia identidad; materiales con los que Carmen Laforet teje una original historia, un universo hedonista de gran cromatismo, en las antípodas de la España gris de la posguerra. Habla asimismo del choque entre el idealismo juvenil y el entorno, casi siempre mediocre, que sepulta lo que de genuino hay en las personas.
Y, por supuesto, el libro aborda los grandes temas de la obra de Carmen Laforet, a saber, la niñez, la amistad, la mujer, la naturaleza y la idea del espejo. Un espejo entendido desde una doble perspectiva: cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo creemos que nos ven los demás.
En el prólogo de la edición de Destino (@EdDestino), Agustín (1957) y Cristina Cerezales (1948), hijos de Laforet, explican las vicisitudes de la publicación de este libro. Es así como nos enteramos de que la autora de Nada, que llevaba años recluida en un sanatorio-residencia, sumida en el mutismo, murió un mes antes de tener en las manos esta edición.
¿Por qué Laforet escribió solo cinco novelas, y ninguna llegó a la altura de su debut con Nada? Según ha relatado su hijo, "durante mucho tiempo estuvimos convencidos de que tenía fobia a escribir, pero tras hablar con un neurólogo eminente, Antonio Gil-Nagel, éste relacionó los síntomas de mi madre con el síndrome de Mesulam, o afasia progresiva primaria”.
Se trata de una enfermedad neuronal que no priva de la capacidad intelectual ni afectiva, pero quienes la sufren tienen grandes dificultades para escribir y hablar. Puede durar hasta cuatro décadas, y coincide con el tiempo en que ella escribía Al volver la esquina, a mediados de la década de los 60. Desde entonces, escribir le suponía un enorme esfuerzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario