(Más sobre Hugo Simberg y su cuadro 'El ángel herido')
Un ángel ataviado con una larga túnica blanca de mangas largas. Lleva el cabello rubio suelto sobre los hombros y hunde la cabeza en actitud de derrota. Es un ángel transportado en andas sobre los dos palos de una improvisada camilla. Custodian el ángel dos muchachos de aspecto tosco y mirada fiera. Este enigmático y lastimero ángel, de facciones delicadas y labios rojos, sujeta en su mano derecha cinco florecillas silvestres de color blanco.
El ángel herido (1903), del pintor simbolista finlandés Hugo Simberg (1873–1917), no solo es su mejor y más conocida obra, sino también una de las pinturas preferidas de Finlandia, cuyos ciudadanos la eligieron en 2006 como Pintura Nacional. Su autor se negó a explicar su significado, pero se sabe que la inspiración le llegó en una época en la que había sufrido meningitis, y este cuadro, hoy propiedad del Ateneum Museum (@AteneumMuseum) de Helsinki, le dio fuerzas para recuperarse.
La enorme fama de este ángel herido ha eclipsado otras muchas obras de Simberg, entre ellas, el delicioso óleo En la caseta de baño (1892), o el Retrato de Gertrud Gadd (1903), que se conserva en el Museo de Arte de Gosta (@serlachius).
También me parecen muy bellos el Autorretrato de 1907, que hoy puede contemplarse en el museo Ateneum, y el retrato titulado Anni Bremer en la mecedora (1908), hoy perteneciente a la Galería Nacional Finlandesa, donde aparece su esposa, Anni Bremer, a la que conoció cuando era su profesor en el Ateneo. Él tenía 36 años cuando se casaron (en 1910). Tuvieron dos hijos: Tomm y Uhra.
Otra pintura reseñable de Simberg es El embarcadero en verano (1911), sencilla y colorida, apacible como los veranos que la familia acostumbraba a pasar en su residencia de Niemenlautta, donde el artista se hizo construir un estudio de pintura y donde solían salir a navegar en un pequeño barco de vela que poseía.
'El embarcadero en verano' (1911), de Hugo Simberg. |
Simberg no pudo disfrutar mucho tiempo de la feliz vida familiar a la orilla del mar, ya que una repentina enfermedad le ocasionó la muerte, el 11 de julio de 1917, cuando únicamente tenía 44 años. Tres años antes había pintado una obra que parece premonitoria de su temprano fallecimiento, Hacia la noche (1913, Ateneum Museum).
'Hacia la noche' (1913), de Hugo Simberg. |
En este óleo, un abuelo de poblada barba blanca camina por la orilla del mar apoyado en un bastón. Lleva de la mano a un niño de corta edad, de cabello rubio, los dos con sus rostros semiocultos al espectador, concentrados en su paseo al borde de la olas mientras a sus espaldas atardece.
No puedo evitar hallar una simetría entre ese hombre mayor en la etapa final de su vida con el propio pintor, siempre luchando con problemas de salud y frecuentes bloqueos creativos. Y también, en cierto modo, entre este niño que apenas comienza a hollar la Tierra y aquel ángel herido auxiliado por otros dos niños, mayores, malhumorados. El anciano y el pintor, dándole cuentas al mundo; los niños del ángel, pidiéndoselas.
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