Raptadas las Sabinas, masacradas las amazonas, abducida la
princesa Europa por un dios metamorfoseado en un blanco toro. La mitología en
los albores de la humanidad está repleta de cientos de formas de castigar,
vilipendiar y ultrajar a la mujer, que casi nunca había hecho nada para merecer
tan atroz destino.
'Rapto de Europa' (Gillis Congnet 1542-1599). |
El correr de los siglos; el traspasar el umbral del primer cristiano
milenio; el humanista Renacimiento que puso en el centro... ¡al hombre!; el Barroco y sus floripondios; las
revoluciones del siglo XIX… trajeron muy poco confort a la mujer, sumida más que
el hombre en penurias y calamidades para simplemente… sobrevivir.
Mujeres en bicicleta a finales del siglo XIX. |
Tan solo el siglo XX, con sus guerras traumáticas que alteraron la faz de la tierra, su fervor
industrializador, sus conquistas científicas, sus avances médicos y la
universalización de la educación, alumbraron al fin a la mujer como sujeto de
pleno derecho, liberándola de unas cadenas ancestrales. En el mundo occidental,
claro, porque en África, Sudamérica y en muchos países asiáticos la mujer
continúa siendo un ciudadano de segunda categoría, en el mejor de los casos,
cuando no una moneda de cambio para estrechar acuerdos comerciales.
8 de marzo en Nueva York. |
No se nos puede olvidar, ni en este 2019 ni en los años
venideros, que el 8 de marzo de 1908, el patrón de la fábrica Cotton (Nueva York) incineró a 129 mujeres tras haberse declarado en huelga reclamando mejores condiciones de trabajo. No podemos olvidar que la emancipación de la mujer, la conquista de los derechos
humanos universales, la igualdad y la libertad no están grabados a hierro y
fuego en tablas divinas. Todos ellos son derechos arrancados con mucho esfuerzo,
sacrificio y dolor pero, como nos enseña el efecto mariposa, cualquier acción
puede provocar una serie de situaciones o acciones sucesivas que terminan provocando un efecto considerable
que no se corresponde con la situación o elemento que lo empezó.
Manifestación feminista el 8-M de 2018 en Madrid. |
Las proclamas insultantemente machistas de varios partidos
políticos; la regresión en derechos que piden algunos tertulianos inflamados de
vacía retórica; los comportamientos abusivos entre adolescentes; y ¡qué decir
de la violencia machista matamujeres! No podemos dormirnos en los laureles, ni
como individuos ni como sociedad. Y mientras existan reaccionarios
empeñados en quitarnos derechos hay que celebrar el 8 de Marzo como lo que es:
el día en que más de la mitad de la población mundial dice “ni un paso atrás”.
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