domingo, 3 de marzo de 2019

Ni un paso atrás en el Día Internacional de la Mujer


(Más sobre mujeres y sobre Mafalda, la niña-mujer) 

Raptadas las Sabinas, masacradas las amazonas, abducida la princesa Europa por un dios metamorfoseado en un blanco toro. La mitología en los albores de la humanidad está repleta de cientos de formas de castigar, vilipendiar y ultrajar a la mujer, que casi nunca había hecho nada para merecer tan atroz destino.

'Rapto de Europa' (Gillis Congnet 1542-1599).
Las religiones que siguieron a los mitos continuaron tirando dardos contra la mujer, recluyéndola cada vez más en el ámbito de una domesticidad muy similar a la esclavitud, reduciéndola al papel de sirvientas y matronas cuando no eran bienvenidas en el tálamo nupcial.

El correr de los siglos; el traspasar el umbral del primer cristiano milenio; el humanista Renacimiento que puso en el centro... ¡al hombre!; el Barroco y sus floripondios; las revoluciones del siglo XIX… trajeron muy poco confort a la mujer, sumida más que el hombre en penurias y calamidades para simplemente… sobrevivir.

Mujeres en bicicleta a finales del siglo XIX.
Tan solo el siglo XX, con sus guerras traumáticas que alteraron la faz de la tierra, su fervor industrializador, sus conquistas científicas, sus avances médicos y la universalización de la educación, alumbraron al fin a la mujer como sujeto de pleno derecho, liberándola de unas cadenas ancestrales. En el mundo occidental, claro, porque en África, Sudamérica y en muchos países asiáticos la mujer continúa siendo un ciudadano de segunda categoría, en el mejor de los casos, cuando no una moneda de cambio para estrechar acuerdos comerciales.

8 de marzo en Nueva York.
No se nos puede olvidar, ni en este 2019 ni en los años venideros, que el 8 de marzo de 1908, el patrón de la fábrica Cotton (Nueva York) incineró a 129 mujeres tras haberse declarado en huelga reclamando mejores condiciones de trabajo. No podemos olvidar que la emancipación de la mujer, la conquista de los derechos humanos universales, la igualdad y la libertad no están grabados a hierro y fuego en tablas divinas. Todos ellos son derechos arrancados con mucho esfuerzo, sacrificio y dolor pero, como nos enseña el efecto mariposa, cualquier acción puede provocar una serie de situaciones o acciones sucesivas que terminan provocando un efecto considerable que no se corresponde con la situación o elemento que lo empezó.

Manifestación feminista el 8-M de 2018 en Madrid.
Las proclamas insultantemente machistas de varios partidos políticos; la regresión en derechos que piden algunos tertulianos inflamados de vacía retórica; los comportamientos abusivos entre adolescentes; y ¡qué decir de la violencia machista matamujeres! No podemos dormirnos en los laureles, ni como individuos ni como sociedad. Y mientras existan reaccionarios empeñados en quitarnos derechos hay que celebrar el 8 de Marzo como lo que es: el día en que más de la mitad de la población mundial dice “ni un paso atrás”.

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