El 1 de agosto amanecimos en
Concord bajo un cielo nublado, pero nada podía desanimarnos puesto que
estábamos de nuevo en el hogar de Louisa May Alcott (1832-1888), autora de Mujercitas, un clásico de la literatura
mundial que este año ha cumplido 150 años. Louisa May es una escritora minusvalorada
a la que se tilda de "autora infantil" y algo ñoña. Nada más irreal: fue una mujer comprometida con el sufragio femenino y la abolición
de la esclavitud, y escribió bajo seudónimo novelas y relatos sobre temas como el adulterio o el incesto.
Orchard House, casa-museo de la autora de 'Mujercitas', Louisa May Alcott (Concord). |
El 80% del mobiliario perteneció a la familia Alcott (casa-museo de Louisa May Acott en Concord). |
Louisa May Alcott (Mujercitas) a los 25 años. Mantuvo a la familia, fue sufragista y abolicionista. |
Visitar Orchard House produce la impresión de entrar en la
casa de Mujercitas que se ve en las películas. Para mí, las salas más interesantes son la cocina, el despacho de Amos
Bronson, el cuarto de Louisa May y el dormitorio de May Alcott Nieriker (1840-1879), con sus dibujos todavía decorando la pared. May, la más joven de las hermanas Alcott, era una
artista de gran talento que resultó ser la primera profesora de arte y quien animó a Daniel Chester French a convertirse en escultor. Y lo hizo bien, ya que French llegó a ser uno de los escultores estadounidenses más aclamados de finales del siglo XIX, autor de la estatua de Lincoln en Washington.
Tumba de Louisa May. Yace en Sleepy Hollow con su familia, muy cerca de sus amigos Emerson y Thoreau. |
Después de empaparnos de
nostalgia, llegamos a la casa de Ralph Waldo Emerson (estaba cerrada), gran amigo de los
Alcott y eminente pensador trascendentalista. Luego nos detuvimos a comprar regalos en el museo de Concord y de allí, en coche, hasta Sleepy Hollow, donde están enterrados Louisa May, su padre, madre y
hermanas (salvo May), dos sobrinos y un cuñado. Entre árboles y bajo tierra yacen, justo al lado de Emerson, Thoreau y Nathaniel Hawthorne (autor de La letra escarlata). Aunque empezaba a llover, nos acercamos a Old Manse (casa de Hawthorne, que había pertenecido
a los ancestros de Emerson), donde compramos un libro sobre las hermanas Peabody, primeras mujeres en abrazar el trascendentalismo y defender una reforma social en torno a 1830. Luego almorzamos en Hellen’s.
North Bridge (Concord). |
Walden Pond, laguna donde se va en busca de la cabaña de Thoreau y se vive una experiencia vital. |
Con cansancio y el
atardecer en los talones, nos internamos por los senderos hasta donde Henry David Thoreau construyó su cabaña. Nos bañamos solos en la laguna, el agua estaba limpísima y a una temperatura ideal. Apenas se oían ruidos, ni
siquiera pájaros, hasta que por megafonía nos urgieron a salir del agua (el baño se prohíbe a partir de las ocho).
Lápida de Elizabeth Pain (1652-1704). Inspiró 'La letra escarlata' de Hawthorne. |
Al día siguiente, jueves 2 de agosto, cogimos el tren a Boston. También era nuestra tercera vez en esta ciudad y, sin prisas, paseamos por el centro (lleno de obras) y entramos en King's Chapel (primera iglesia anglicana de Nueva Inglaterra) y en su camposanto. El suelo de Boston está lleno de tumbas de gente ilustre: los padres de la independencia Adams, Hancock y Paine están en el cementerio Granary... pero mi favorita yace en King's Chapel, se llamaba Elizabeth Pain (1652-1704) y su vida inspiró La letra escarlata, de Hawthorne.
Museo Isabella Stewart (Boston). |
Nuestra siguiente escala, el Museo de Bellas Artes, nos resultó gratuita con carné de prensa (la entrada normal vale 25 dólares). Tienen una amplia colección de arte contemporáneo, asiático, europeo, americano y mundo antiguo. La pena fue que no pudimos ver La gran ola de Kanagawa ni el Fuji rojo (Hokusai) porque no los exponían. Muy cerca se levanta el Museo Isabella Stewart Gardner, fundado por Isabella Stewart Gardner (1840-1924), con una colección maravillosa dentro de un edificio que es un palacio con un patio central veneciano. Un oasis de buen gusto, refinamiento y obras de todos
los periodos. Solo pagamos una entrada de 15 dólares (con el carné de prensa el otro pasó gratis).
La langosta de Maine es una de las especialidades que preparan en Quincy Market (Boston). |
Música en el hotel-restaurante Colonial Inn (Concord). |
El regreso a Concord en tren fue plácido: lloviznaba y cuando nos bajamos en la estación nos recibió un brillante arcoíris. Esa última noche en Concord nos despedimos cenando en el histórico Colonial Inn (pastrami y pasteles de cangrejo) con música en directo tocada por un grupo local.
(Continúa en... Búfalo, cataratas del Niágara y regreso a Canadá)
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