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En 1999, cuando tenía 62 años y después de pasar toda la vida enseñando artes visuales, la artista Eugénie Dubreuil decidió dedicarse de lleno a lo que amaba: el arte y su historia. Ese año, comenzó a reunir una gran colección de obras creadas por mujeres, anónimas o famosas: Rosa Bonheur, Marie Laurencin, Niki de Saint Phalle...
Al cumplir los 87 años, donó 300 de esas piezas al Museo Sainte-Croix, en Poitiers, donde se muestran al público hasta el próximo 18 de mayo, en la exposición, titulada ‘La Museo: una colección de artistas mujeres”.
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'La Museo', obras femeninas donadas por Eugénie Dubreuil al museo de Poitiers. |
El flechazo por el coleccionismo de esta artista empezó con sus visitas a las salas de subastas, por curiosidad. Un día en que estaban en venta obras propiedad de Apollinaire, Eugénie se detuvo ante un dibujo de Marie Laurencin: un boceto de una mujer semidesnuda, en una simple hoja arrancada de un cuaderno, sin firmar. Lo adquirió por un precio insignificante.
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Vista de la exposición 'La Museo', en la Sainte-Croix de Poitiers. |
A partir de entonces, comprar obras de mujeres se volvió adictivo, si bien con muchos límites, porque generalmente solo podía usar entre 100 y 300 euros.
Como había oído hablar del Museo Nacional de Mujeres en las Artes (Washington), el primero del mundo dedicado a la producción artística femenina, decidió crear un lugar donde reunir y exhibir las obras que compraba. Comenzó mostrándolas en su estudio de d’Argenton-sur-Creuse, a gente del barrio y amigos. Pero con los años reparó en que tenía que desprenderse de la colección, para evitar que se dispersara tras su muerte. A esta tarea se encuentra consagrada, un proceso que tardará años, pero cuyo primer gran paso ya está dado, con la venta de 300 obras al museo de Poitiers.
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Exposición 'La Museo'. A la derecha, 'Paisaje provenzal, 1940 (Marie Laure de Noailles). |
La colección se compone en gran parte por obras gráficas: grabados, fotografías, un conjunto de miniaturas; lo que se ha venido considerando “géneros menores”, donde las mujeres han sido confinadas. Algunas firmadas por famosas (Marie Laurencin, Rosa Bonheur, Berthe Morisot, Suzanne Valadon, Niki de Saint Phalle), otras por desconocidas.
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'La toilette', 1908 (Suzanne Valadon 1865-1938). |
La pieza más antigua de la colección data del siglo XVII: una serie de 24 grabados a buril de Claudine Bouzonnet-Stella, sobrina del pintor Jacques Stella, que representan escenas de juegos infantiles.
CONTRA EL OLVIDO DE LAS CREADORAS
Con un enfoque más femenino que feminista, según confesión propia, Eugénie Dubreuil ha dedicado su último cuarto de siglo a luchar contra la marginación de las creadoras. Las piezas que compraba, y las mujeres que descubría, no se veían expuestas en los museos ni salían en los libros de arte. “Era como si nunca hubieran existido”, lamenta.
'Desnudo en la playa' (La Fosse), 1930, de Dora Maar (1907-1997).
El granito de arena del Museo de la Sainte-Croix repara en algo esa marginación, con una historia del arte sin hombres. "Si no nos escandaliza una historia del arte hecha por hombres, ¿por qué nos escandalizaría una historia del arte hecha únicamente por mujeres?, reflexiona la directora de la pinacoteca francesa.
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