¿Quién es Aline Masson? Misterio tras el pincel de Madrazo

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Las obras de Raimundo de Madrazo están llenan de unos ojos, una pose, un gesto, una cara y una presencia inconfundibles: Aline Masson, mucho más que una musa o un bello rostro, protagonista indiscutible, en la pintura, de lo que en el París del último tercio del XIX se llamó el género de la "cotidianeidad ociosa".

Aline Masson, modelo, musa, misterio tras el pincel de Raimundo Madrazo.

Para entender a Aline, primero hay que comprender ese mundo burgués hacia finales del XIX, donde la industrialización y el auge de la burguesía estaban cambiando las reglas del juego. Gracias al aumento del servicio doméstico, las mujeres de clase alta y las nuevas burguesas se vieron liberadas de las tareas del hogar. Con ese tiempo libre se dedicaron a leer, pintar, tocar el piano, ir a bailes o pasear.

Esa nueva sociedad tiene su reflejo en la pintura, y es en este contexto donde Madrazo encuentra a Aline, una perfecta musa camaleónica. Durante las décadas de 1870 y 1880, la pintó sin cesar: al principio, caracterizada como la típica belleza española, pero pronto la erigió en arquetipo de la mujer parisina.

'La lectura (Aline Masson)', del Museo Thyssen Málaga.

En los cuadros la vemos en múltiples actividades: leyendo la prensa con una taza de té, recostada mirando un sobre lacrado (como en Felicitación de cumpleaños), o preparándose para asistir a un baile de disfraces. Aline podía ser elegante, insinuante y abiertamente frívola; a veces posaba disfrazada de cortesana y otras veces simplemente enfrascada en su toilette.

Aline Masson, en la exposición de Raimundo Madrazo (Fundación MAPFRE). 

Lo que la hace única es que numerosas obras están tituladas con su nombre, pose y atuendo: ‘Aline Masson en azul’, ‘Aline Masson en blanco y rosa’, ‘Aline Masson sujetando un sombrero’, etc.  Lo que prueba que nunca fue una simple musa.

ALINE MASSON, UNA INCÓGNITA ABSOLUTA

Lo que la hace única es que numerosas obras están tituladas con su nombre, pose y atuendo: ‘Aline Masson en azul’, ‘Aline Masson en blanco y rosa’, ‘Aline Masson sujetando un sombrero’, etc. Lo que prueba que nunca fue una simple musa, y que su relación con el pintor debió ir más allá de la simple profesional.

Pero, ¿quién era realmente esta chica? Aquí está el gran misterio: su vida, procedencia, espíritu, pensamientos... son una incógnita. La teoría aceptada mantiene que era hija del conserje de la residencia parisina del marqués de Casa Riera. El jardín trasero de esa residencia daba justamente a la calle donde Madrazo tenía su primer estudio parisino.

Sin embargo, otros estudiosos lo ponen en duda, y Aline Masson continúa envuelta en la especulación. Conocemos todos sus rostros, sus poses, sus disfraces, pero la mujer real detrás de la máscara es un enigma.

Algunos de sus retratos más célebres pueden verse en el Museo del Prado: ‘La modelo Aline Masson, sobre un fondo vegetal’ y ‘La modelo Aline Masson con mantilla blanca’.

Posó para otros pintores, como Rogelio de Egusquiza, que en ‘Retrato de Aline Masson’ (1878) la presentó menos idealizada que Madrazo. También fue modelo fotográfica del conde de Chaumont-Quitry, tres de cuyas fotos (inventario del Museo del Prado) son de 1875-85