lunes, 4 de abril de 2022

Las señales de las nubes en el cielo

Dinosaurios y dragones que pastan en las nubes

Peñas sacras: un viaje mítico por la España de los mitos


"El mejor destino es el de supervisor de nubes acostado en una hamaca mirando al cielo”, es una frase muy acertada de Ramón Gómez de la Serna, que da en la diana de lo que muchos sentimos cuando miramos al cielo, oteamos las nubes y descubrimos o inventamos las mil y una formas que estas adoptan. Yo misma he pasado buenas y productivas horas de mi vida colgada en las nubes, surcando cielos de ingravidez, sintiéndome liviana en mi cama de perezosas nubes blancas. Que este blog se llame Cúmulos y limbos no es en modo alguno casual.

Estudiar los cielos, fotografiarlos y compartir hallazgos es parte de la actividad que desarrolla la Sociedad de Amigos de las Nubes, que lleva más de una década auscultando el mundo entero en busca de nubes singulares. Han encontrado delfines en pleno salto, peces, dinosaurios, ratas, caballos, perros, dragones, rostros humanos, sombreros… y un sinfín de curiosas formaciones.

Nube en forma de dragón o dinosaurio (Holanda).


Ya sea sobre el campo, los ríos, el mar y los montes, o suspendidas a punto de aterrizar sobre monumentos artísticos y naturales, en todo el planeta las nubes nos regalan amaneceres bellísimos y atardeceres espectaculares


También es fácil dejar la vista volar y toparnos con un ejército esponjoso en formación de combate, o quedar sobrecogidos ante temibles nubes, ofuscadas cual diosas hacedoras de tormentas.

Fascinante catarata de nubes (Ginebra).


Cirros (izquierda) y lacunosus.
A veces, encontrar la paz es tan fácil como elevar la vista a los cielos y contentarse con las estampas de livianas columnas de humo, hechas a base de jirones de nubes, y prendarse de las ilusiones ópticas que recrean. Las hay frágiles como las nubes lacunosus y finas y livianas como los cirros.


Me gustan mucho las nubes píleo, con forma de gorra, como sombreros, que suelen aparecer encima de cúmulos y cumulonimbos. Son finas, pequeñas, horizontales usualmente, aunque también hay algunas más grandes de lo normal. Son muy raras y dinámicas, cambian de forma rápidamente.

Dos nubes píleo, la inferior, sobre Granada.


Y cómo no asombrarse ante las nubes lenticulares, en forma de platillo o lente convergente. Nubes estacionarias que se forman a grandes altitudes, en zonas montañosas y aisladas de otras nubes.

Nube lenticular sobre el monte Adams (Washington).

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