(Más sobre 'Mujercitas', Concord y Louisa May Alcott)
Luis Fermín Moreno
Elisabeth Sewell Alcott (1835-1858) murió en Concord (Massachusetts, EEUU) en 1858, a los 22 años de edad. Ha pasado a la posteridad por ser el modelo real de Beth March, una de las Mujercitas de la novela escrita por su hermana Louisa May (1832-1888). Como el personaje que inspiró, fue una joven tímida, callada, aficionada a la música y al hogar, con una vida corta. A diferencia de Beth, murió entre grandes sufrimientos que su hermana presenció y reflejó destrozada en su diario, pero prefirió cambiar en su libro.
Vivió rodeada de parientes prominentes: su padre, el filósofo Amos Bronson; su madre, la luchadora social Abba May; su hermana mayor, la citada Louisa; su hermana pequeña, la pintora May Alcott Nieriker; su tío, el pastor Samuel May… Todos ellos han merecido una o varias biografías a lo largo de los años. De casi todos se han hecho públicos cartas y diarios. Y se han escrito miles de páginas sobre el entorno familiar y cultural en el que vivieron ellos y sus célebres amigos trascendentalistas: Emerson, Thoreau, Hawthorne, Fuller…Elisabeth Sewell Alcott (1835-1888). |
Elisabeth Alcott está tan oculta por su personaje de ficción que los estudiosos que se han ocupado de su familia se refieren a ella, las pocas veces que lo hacen, como Beth y no por los nombres con los que era conocida de verdad entre los suyos: “Lizzie” o “Betty”. Sus propios familiares apenas la mencionan, salvo cuando hablan de sus últimos días. ¿Tiene sentido escribir hoy su biografía, cuando tanto se ha dicho de los demás y tan poco hay sobre ella y el escaso tiempo que vivió?
Amos Bronson Alcott y Louisa May Alcott. |
Pese a la opinión contraria de editores y agentes literarios, Susan Bailey, una apasionada alcottiana, piensa que sí. Hace dos años, tras ocho investigando a la tercera hermana Alcott, creó el blog The littlest woman para ir contando paso a paso sus avances. Y, este mismo mes, ha completado el primer capítulo de su futuro libro.
Lo que empezó con un interés personal, una cierta atracción por la chica apocada que recibía un piano y moría de escarlatina en la novela y en tantas versiones cinematográficas, desembocó, tal como explica Bailey, en el descubrimiento de una vida que merece ser contada: “Una historia conmovedora sobre una hermana misteriosa que prefería estar detrás del escenario, cuya vida y acciones inspiraron a su hermana a inmortalizarla”.
Bailey tiene, además, un propósito confesado: borrar la imagen de Beth como “un personaje típico victoriano bidimensional, una santa con la que, al contrario que ocurre con las otras tres hermanas de la novela, nadie se identifica”. Quitar las capas de estereotipos para sacar a la luz al “auténtico ser humano” que fue Elisabeth. Un esfuerzo que agradecemos los enamorados de los Alcott y su mundo. Que esperamos con impaciencia el segundo y los siguientes capítulos de este prometedor libro.
¡Muchas gracias por este maravilloso artículo! Esto realmente me anima en mi trabajo. PD. por favor perdón mi español, culpe a Google Translate. :-)
ResponderEliminarThanks to you on behalf of Luis Fermin Moreno too. Your blog about Louisa May Alcott is very interesting. We look forward to the book on Elisabeth
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