sábado, 1 de marzo de 2025

'El ángel herido': Un enigma poético finlandés

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En el vasto universo del arte, algunas obras destacan por su capacidad de resonar en el espectador, invitándolo a la contemplación, claro, pero también a la reflexión y la interpretación personal. 


Es lo que me sucede con El ángel herido (1903), del pintor simbolista finlandés Hugo Simberg (1873-1917), un óleo enigmático y conmovedor (propiedad del Museo Ateneum de Helsinki), que fue elegido Pintura Nacional de Finlandia en 2006.

'El ángel herido' (1903), del simbolista finlandés Hugo Simberg.

El escenario del cuadro es el parque Eläintarha, en Helsinki, donde Simberg solía pasear; de hecho, la senda que discurre a lo largo de la bahía Töölönlahti aún se conserva, y no son pocos los visitantes que se acercan allí para contemplar el paisaje que inspiró El ángel herido.


Hugo Simberg nunca explicó el significado de esta obra. Cuando la mostró por primera vez, en la exposición anual de la Sociedad de Arte Finlandesa, simplemente había un guion donde debería haber estado el título. Esta era su manera de decir que no existe una interpretación única y correcta. Cada espectador crea por sí mismo el significado de la obra.

'El ángel herido' (Hugo Simberg), en el Ateneum Museum de Helsinki.

Esta ambigüedad ha generado numerosas conjeturas a lo largo de los años. Algunos ven en el ángel una representación de la fragilidad humana, mientras otros lo interpretan como un símbolo de la pérdida de la inocencia o, incluso, de la lucha entre el bien y el mal. De creer esta tercera hipótesis, el mensaje es poco optimista, pues la derrota del ángel es evidente, y la de los chicos se presagia. 

'El ángel herido', de Hugo Simberg (detalle).

ÁNGELES Y HUMANOS

En el centro del cuadro, una criatura angelical es llevada en andas por dos jóvenes. El ángel viste una túnica blanca, sus alas están abatidas y salpicadas de sangre, la frente y parte de los ojos vendados. Todo en su figura denota sufrimiento, una intensa sensación de vulnerabilidad y derrota. Y, pese a ello, sostiene delicadamente en su mano un pequeño ramo de flores silvestres blancas.

Los rayos X revelan un ángel moreno (izq). Copia de Simberg en la catedral Tampere. 

En contraste con el delicado ángel, los dos muchachos visten ropas oscuras y toscas, calzan zapatos deformes y parecen estar de luto. Uno de ellos desafía al espectador con una expresión escrutadora.


Antes de darle su forma definitiva, Simberg realizó diversos bocetos, del cuadro, con variaciones sustanciales: en una versión el ángel era llevado en carretilla, en otra era transportado por demonios; en una era moreno y tenía el pelo mojado, mientras en la definitiva es rubio y su apariencia parece ser ¿femenina? Durante todo el proceso de composición, lo único que no cambió fue la figura del ángel y el paisaje real de Helsinki.

Hugo Simberg, con tocado caucásico, 1903.

Quizá si Hugo Simberg hubiera vivido más tiempo, habría acabado dando pistas del aliento poético que le inspiró esta obra, pero el finlandés falleció de manera repentina, con solo 44 años. Pese a ello, dejó un importante legado artístico, y, en particular, este óleo ha inspirado a artistas de diversas disciplinas.

Autorretrato, 1907 (Hugo Simberg).

Las obras de Simberg han sido descritas por algunos expertos como una visión de un mundo único de sueños y cuentos, en las que el simbolista incluía referencias a fábulas clásicas, historias antiguas y bíblicas , poemas de Dante y cuentos del danés Hans Christian Andersen.

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