Viaje a Grecia: Salónica, Vergina, Termópilas y monte Olimpo
Viaje a Grecia: Delfos, Lamía, Salónica
Alexandros Kochliaridis fue la primera
persona en tropezar con las ruinas de la tumba de Kasta, más conocida como
tumba de Anfípolis, que es el mayor túmulo funerario jamás descubierto en
Grecia. Su enorme extensión deja enano el de Filipo II de Macedonia, padre de
Alejandro Magno, en Vergina.
Construida a finales del siglo IV
a.C, la tumba de Anfípolis albergaba los retos de cinco personas, todavía desconocidas,
aunque la imaginación popular y algunos historiadores apuntan a que podría
tratarse de la esposa y del hijo del mismísimo Alejandro Magno.
Alexandros Kochliaridis, guardián de la tumba macedonia de Anfípolis.
El nexo de Anfípolis con Alejandro es verídico, tal como relató el historiador Tucídides. Fue una importante
ciudad griega de la Antigüedad, situada en una encrucijada de caminos en
Macedonia oriental, al oeste del monte Pangeo.
Las primeras excavaciones en la
tumba comenzaron en 1964 (aunque en el recinto se habían iniciado antes, en
1956) y desenterraron el perímetro de la muralla. Posteriores trabajos en los
años 70 permitieron recuperar numerosos restos antiguos.
Pero fue en 2012 cuando se descubrió al fin la tumba macedonia (en el interior del montículo de Kasta), que sería abierta en agosto de 2014.
Alexandros Kochliaridis fue el primero en dar con la tumba de Anfípolis.
Aquel día de agosto de 2014 fue un día glorioso para Alexandros Kochliaridis, el hijo de unos empobrecidos refugiados del Mar Negro que se habían visto obligados a huir al norte de Grecia. Sin duda, la culminación de toda una vida ligada a la necrópolis que él mismo descubrió una mañana, hace más de medio siglo, cuando tenía 12 años y estaba cortando leña con su padre. El niño que era Alexandros acababa de descubrir los vestigios del túmulo. Desde entonces, decidió dedicar su vida a ayudar a proteger y promover los tesoros arqueológicos de la zona.
Alexandros compartió una larga carrera de descubrimientos junto al arqueólogo Dimitrios Lazaridis (entre 1956 y 1984), el primero en excavar Anfípolis. Algunos de ellos fueron la citada muralla, una necrópolis y los excepcionales vestigios (pilares de madera) de uno de los dos puentes sobre el Estrimón, además del gimnasio, una gran residencia helenística y las basílicas de la acrópolis.
Su obra de arte preferida de cuantas se han encontrado en la tumba macedonia, y que ahora se conserva en el museo de Anfípoli, no es de oro o mármol, sino de barro: un sencillo danzarín de
arcilla, la pieza preferida de Lazaridis.
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